A 10 años de Codeando México

Por Alma Rangel

Tiempo de lectura: 5 minutos·27 jul 2023

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Hace 10 años Codeando México se creó a partir de la idea de que cualquier persona puede, con sus habilidades y conocimientos, aportar a nuestros barrios, ciudades y al país.

Comenzamos con la creencia de que para ayudar a enfrentar los problemas públicos que veíamos todos los días podemos contribuir de manera estratégica a partir de la tecnología y los datos, trabajando colectivamente y de manera abierta. Imaginamos una ciudadanía distinta, que participa más allá del voto, que hackea.

En 2013, así comenzó el reto de la #app115 ante la noticia de que la Cámara de Diputados anunciaba una contratación por 115 millones de pesos para construir una aplicación que permitiría llevar a las diputadas y diputados registro de su actividad legislativa a través de su celular. Un monto desproporcionado para la solución requerida. En respuesta, el equipo se organizó para lanzar un reto a la comunidad tecnológica: realizar la misma aplicación por 11,500 pesos y un iPad mini, un premio que juntó a través de una colecta. En este ejercicio participaron 160 personas y se generaron 5 soluciones similares de código abierto en solo 10 días, frenando la contratación anunciada.

En 2016 surgió Informe Bajo Lupa, un ejercicio apartidista creado por la comunidad de Codeando Guadalajara con aliadas locales en el que la ciudadanía hizo fact-checking de los informes de los alcaldes de Guadalajara y Zapopan, y el gobernador de Jalisco. Este proyecto se replicó en CDMX y el Estado de México, gracias a que somos una comunidad nacional. En el mismo año, la comunidad de Codeando Xalapa creó Mapatón, una metodología y aplicación de mapeo de rutas de transporte público que comenzó en Xalapa, para aquellas ciudades que, aún hoy, no tienen un mapa de transporte público. Este proyecto continúa, y se ha replicado en 4 países y 10 ciudades, la más reciente, Zitácuaro, Michoacán.

En 2017, ante los sismos que afectaron CDMX, Oaxaca y Chiapas hackers y voluntarias de todas profesiones nos organizamos en línea, como comunidad nacional, para desarrollar tecnología de manera emergente que impulsara, canalizara y amplificara los esfuerzos de ayuda para zonas damnificadas. 250 personas crearon más de 25 herramientas tecnológicas, alimentadas con datos aportados por la misma comunidad y el público, que atendían a distintas necesidades, en el mayor acto de participación ciudadana y humanitaria por parte de la comunidad de hacking cívico en México.

En 2022, esa idea nos llevó a construir SocorroBot, un chatbot de WhatsApp que guía en el proceso de denuncia y reporte de la desaparición de una persona en México. Proporciona información sobre las autoridades encargadas de atender el caso y sus datos de contacto, documentación requerida, los derechos de quienes buscan y otros consejos. Este proyecto se trabajó en colaboración con Quinto Elemento Lab y Técnicas Rudas, y de la mano de los colectivos de buscadoras para asegurarnos de cubrir sus necesidades. Hoy, algunos colectivos utilizan el proyecto incluso con fines pedagógicos.

En este tiempo, junto con nosotras, han cambiado tanto las tecnologías como los contextos políticos y sociales del país. Han evolucionado también los problemas públicos que enfrentamos y desde dónde podemos construir las soluciones. El último sexenio ha traído un retroceso en la agenda de transparencia y apertura, pero también en la colaboración entre el gobierno y la ciudadanía. En el caso de las tecnologías, el panorama de internet ha cambiado, primero al monopolio de la información de unas cuantas compañías, y segundo, sobre los desafíos del uso ético y cívico de tecnologías como blockchain y la inteligencia artificial. Los riesgos son cada vez más evidentes, y desde la tecnología cívica debemos estar conscientes de sus sesgos en aplicaciones que están pensadas para lo público, y dado que hay quien quiere implementarlas por la mera novedad, seguir insistiendo en nuestro aprendizaje principal: que los problemas públicos son complejos y no se resuelven con una app. Hoy más que nunca debemos ser críticos sobre el solucionismo tecnológico.

Lo que no cambia es la idea con la que iniciamos: que como comunidad podemos aportar a la creación de mejores soluciones para nuestros barrios y ciudades.

A través de esta década, como comunidad nacional, hemos construido proyectos, abierto datos, organizado civic hack nights en al menos 16 ciudades del país. Hemos colaborado con activistas, movimientos, colectivos, instituciones públicas para cientos de proyectos, pero lo más importante son las personas que hemos conocido en el camino. A muchas de las personas que organizaron las brigadas en su ciudad o que participaron en su brigada local, las hemos visto crecer, y profesionalizarse. Hoy muchas de ellas son servidoras públicas que empujan la tecnología desde el gobierno, muchas más forman parte de una organización o una start up y con otras más compartimos el sueño de cambiar las cosas.

Hoy, y hacia adelante, vemos mucho que hacer. Necesitamos empujar como ciudadanía el que la tecnología no se use para la vigilancia y sí para los servicios públicos, en integrar tecnología de manera crítica a los problemas públicos, y en construir comunes digitales que nos pertenezcan a todas. Seguimos creyendo en trabajar de manera abierta, colaborativa e iterativa.

Seguimos necesitando hackers cívicos.